martes, 15 de febrero de 2011

Una Historia Ficticia

He aquí una historia familiar.

Esta noche fui a casa de un tío a recibir un familiar que llegaba desde tierras lejanas. Al llegar al apartamento todos fuimos directo a la cocina a dar los abrazos respectivos y saludos acogedores de bienvenida.

Lisli: ¡Bella! ¡Hola! ¿Cómo estás? ¡Qué bella y flaca estás!

Momentos agradables en familia, siempre han sido chéveres. Tanto que a veces no suelo entender por qué las personas en general, los jóvenes en particular, dicen que estos gestos protocolares son nido de facetas, caretas y sonrisas hipócritas. Para mi son justo lo que tienen que ser y me siento bien dentro de ellos. Como pez en el agua.

Mi tía al verme me saluda con una gran sonrisa. Me dice "¡nanito! ¡Hola! ¿Cómo estás mi amor?" dándome un fuerte abrazo que nació sin titubeos, en realidad perfectamente auténtico. Me termina de abrazar, dejando en mi cariño tangible e innegable y me dice:

Bella: ¿Y ese pelero? - Sonriendo. (Juro que este comentario fue amigable y sencillo)
Lisli: Lo mismo le hemos venido diciendo desde hace tiempo pero que va, así se lo quiere dejar.
Samuel Bernardo: Y como si uno le estuviera diciendo mentiras... Él es cabezón y con esa melena pues ¡peor!
Lisli: Corto le queda mucho mejor.
Samuel Bernardo: Es así. Pero él no escucha.

Pasamos de tema, seguimos hablando del viaje, aduanas, maletas, impuestos, el niño que se está montando en la silla, bájenlo que se va a caer. Comer, hablar, compartir, mandar mensajes de texto, saborear el espectacular pasticho, disfrutar de todos, escuchar comentarios esporádicos y otros constantes. Sigue la noche y todos bien. Bien bien como ha sido todo el evento pues. Bien.

Samuel Bernardo: Bueno ya es tarde. Vamonos Lisli que ya tengo sueño.
Lisli: Si vámonos.

Todos nos despedimos. Gracias por lo regalos, que flaca estás, nos vemos pronto. ¡Los queremos! =)

Nos montamos en el carro y mi hermana le pide a mi papá que se ponga el cinturón de seguridad. Ya vamos en camino.

Samuel Bernardo: Nano ya tienes que cortarte el cabello.
Lisli: Si Nano. Te ves terrible.
Nano: --- (No dice nada)
Samuel Bernardo: ¿No te das cuenta que a todos lados que vas todos te dicen lo mismo?
Nano: --- (Sigue sin hablar)
Samuel Bernardo: Tú eres cabezón y con ese cabello así peor. De verdad pareciera que tuvieras diarrea. Y además andas todo chivúo. ¡Aféitate mijo!
Nano: Para cuando comience pasantías en Abril no creo que luego vaya a poder tener el cabello largo y al comenzar a trabajar menos. Tranquilos, tendrán toda una vida para verme con el cabello corto.
Lisli: Pero es que no se trata de eso. Es tu apariencia, tienes que cuidar tu apariencia personal. Tú no puedes andar así por ahí.
Nano: --- (Vuelve a su silencio)
Lisli: Y tan bello que te ves con tu cabello corto.
Samuel Bernardo: Si. Es que si uno le estuviera diciendo algo como para perjudicarlo, algo que no le hiciera bien. Pero uno le está diciendo la verdad, para beneficiarlo.
-Silencio de unos segundos-
Lisli: Ese cabello se te ve horrible así Nano.
Nano: ¡Bueno ya basta! ¡Yo no ando criticando el tuyo! Además ese es mi cabello y yo soy el que lo llevo.
Samuel Bernardo: Jajajaja, pero uno te lo está diciendo para que te veas mejor.
-Silencio más largo que el anterior-
Lisli: Y eso no es argumento. Que ese es tu cabello. Entonces vas a hacer lo que te dé la gana.
Nano: --- (Silencio nuevamente)
Samuel Bernardo: Claro. Osea que si a ti te da la gana de ir por la calle desnudo tú lo haces.
Nano: Claaaro, porque esa comparación es perfectamente válida. Es casi que lo mismo.
Samuel Bernardo: Tú tienes que cuidar tu apariencia. Y uno te coloca el ejemplo exagerado para que veas cómo sería tu actitud en el extremo.

Y pasé el resto del camino serio, pensando que arrecharme no me llevaría a ningún sitio. Pensando que pasándoseme la arrechera sería algo en contra de mi mismo. Pensando en cómo podría hacer para hacerles entender que los veo muy encasillados. Pensando que no tengo que desencasillarlos, porque jamás se los podré demostrar. Pensando que para cualquier actitud que yo adopte, cualquier respuesta, cualquier cosa que haga ellos me tendrán una respuesta precisa en la búsqueda de su objetivo final. Reaccionarán entre imposición, petición y condescendencia para cumplir con lo que se han propuesto sutilmente. No hay nada que yo pueda hacer y que evite que en la mente de mi papá aparezca el pensamiento "él sólo está así por un tiempo, ya se le pasará, yo ya pasé por ahí muchas veces".



Y bueno.
Espero que esto sea suficiente para hacer reaccionar mi mente como reaccionó esta noche. Para hacerme pensar y para llegar a buenas conclusiones.
De nada Nano del futuro por dejarte estas memorias simples. Sabes que cuentas con mi apoyo.
Siempre.

P.D. Comencé esta publicación escuchando "Last Night" de The Strokes.