viernes, 4 de julio de 2014

En Mi Dedo Una Cicatriz

Esta mañana estuve pensando en todos los cambios que me rodean.

Sin mencionar la reversión total que experimentará mi situación de vivienda y la alegría que eso conllevará, estoy muy consciente ahora de las sensaciones de estas horas y la belleza de hacerse flotar en lo inevitable de la transitoriedad. No puedo esperar a que calme la marea para plasmar en mi memoria lo que vivo. Los días de eternamente mañana ir al colegio ya no están en mí y toca cada noche definir lo que viene. Cada tarde, cada minuto, cada e-mail, cada llamada. He visto concebirse viajes insólitos en menos de lo que de adolescente jamás pude haber imaginado. La vida me cambia y quiero recordarla así, con lo que tiene y lo que no, ahora, justo ahora. Mañana vaciaré un frasco y se llenará otro. Y mañana querré recordar lo que viva entonces, y a la vez querré ser capaz de decir lo que fue estar en otras circunstancias; así como hoy, que cuando pensaba en un simple saludo, recordando días de mi pasado en momentos muy preciados me vi tentado a abrir un poco, nuevamente, sin saber nada de certinidad o de rechazo. A continuación fue lo que yo, hoy, escribí, independiente de lo que surja a partir de entonces.

En Mi Dedo Una Cicatriz

En mi dedo tengo una cicatriz,
de terco por querer destapar la cerveza con la mesa.
Hoy veo la pequeña marca y recuerdo aquel momento
pequeño cuando el viaje vio por madrugada
la decisión de comer en un camino.
Veo la pequeña marca y recuerdo la sangre y las risas,
recuerdo los nombres que no menciono día a día.
Y hoy en mi sofá hablando con mi amiga
vacío el minuto de ayer con lo lleno de éste,
me olvido de la estudiante, de su cabellera sedosa
de sus charlas personales que mucho o poco me asombran
y recuerdo mis salidas,
las noches intoxicadas de imágenes vencidas,
de rasgos de luces de compañía
recientemente concebida,
y me doy cuenta de la importancia
que tiene la inicial conversación, amigable,
ligera. Nada agresiva.

Para recordar lo que he hecho,
me sirve hablar con mi amiga.

Bernardo Abrams
Cuatro de Julio de Dos Mil Catorce