Tengo esta idea en la cabeza.
De una relación establecida y reafirmada en momentos donde internamente se siente la grandeza de una conexión genuina y valiosa me quedan los recuerdos. Las sensaciones cotidianas de que ella se encuentra presente sólo se condensan en pensamientos de horas particulares: cerebro de intérprete a generador. Tacto y lectura invalorables por la simple acción de compartir algo personal de tal día, de la intimidad de la que algunos extraños formaron parte, del tropezón y de la queja son notablemente archivados.
Y ahora veo lejos ese contacto, prueba de una conexión establecida y reafirmada. Mas no se ha ido ladrón. En vez me ha dejado la capacidad de percibir cuando estos nuevos extraños me convidan una parte simple de sus vidas, y luego valorarlas, que es la parte más importante.
Gracias a la distancia sólo las memorias son valederas. Pero gracias a mi relación con ella puedo construir nuevas y sanas para mi mente.
Gracias verde.