sábado, 6 de marzo de 2010

Una buena noticia

es que al recibir otra previa, seas capaz de pensar.
Así que luego de obtener una noticia FENOMENAL, noté la ausencia de la otra. He aquí...

Hace ya dos días recibí una llamada fenomenal que marcará al día 999 universitario como uno excesivamente significativo, luminoso, originador, pieza clave y brillante en la secuela de mis estudios, incomparable! En una forma.
La llamada consistió principalmente en una oferta de trabajo.
Y yo, soy feliz.

Desde entonces todo se ha desequilibrado, en mi especialmente. Sólo a algunos decidí contarles, en distintos tonos de profundidad e importancia. Pero no quepo cuando hablo, no me sacio, quiero explorar todas las posibilidades y hacer crecer mi espectativas hasta el cielo!! Sabiendo lo dañino de esto. ¡No importa! ¡¡¡¡¡¡¡Lo conseguí!!!!!!! Y soy feliz, porque lo logré, porque si hoy decido vegetar, no va a cambiar la oferta. Así mismo puedo gritar, ser maleducado, vestirme mal y darle la espalda al mundo y sigue el papelito viajando hacia acá. ¿Notan lo enfermo?

No termino de expresar todo lo que siento, porque ¡no se han terminado de generar sensaciones! De la larga e inexistente espectativa por la llamada, hacia una explosión de sonrisas, para luego malabarear con palabras que tratan de explicar algo que aún no termino de digerir. ¡Buenas nuevas! ¡¡Buenas nuevas!! ¡¡¡¡QUÉ NOTICIA!!!!


¡¡¡¡SOY INMENSAMENTE FELIZ!!!!


Esa noche, simplemente dormí...
Y aquí no dice cómo me siento. Not even close.


Y ahora todo apesta. ¿Venezuela tendrá un evento histórico que pueda ser comparado con nuestra Independencia? No lo sé. Pero ya todo parece secundario, flexible. Y no quiero. Sólo los pensamientos referentes a esa voz telefónica son los que tienen el consentimiento de mi agrado. Y no quiero.

Y lo logro, porque en el día 1000 me emocioné en otras circunstancias. Compartiendo con ellos y compartiendo tocamos tantos temas y opiniones. Ensobriamos a una niña con sólo quejarnos de fallidas relaciones. Recordé que en una persona hay cosas que quiero con locura y otras que no tolero ni pensarlas. Estaba en un juego de video donde podía caminar por el campus, cumplir misiones, pasar por la caminería y notar que aún habían cosas imbéciles de por si, que no necesitan ser opacadas, ellas solitas apestan.

Me gustó la celebración del día con grama en mis pantalones, y la casa lejana llena de gente ahí, de las cuales algunas conozco, que en mi mundo eran más que suficientes para caminar sin sentido por el centro de la pista, pensando en que alguien diría: "tonto que deambula solo". Y solo no estaba. Estaba muy poco solo. Nada solo.

Del siguiente día destaca la soledad, que hace relucir nuevamente las desorganizaciones de mi cerebro, que me llevan a la pereza, a un día más de deshilachamiento de ideas perdidas en el lago de mi subconsciente, hasta que alguien las despierte. Hasta que decida ya no más.

Un pequeño desastre, pero ya no es por novato.


No cabe. Y no sé cómo.

Successfully yours,
Nano.

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