Llevo dos horas viendo sin parar Erika Tipo 11 en YouTube, particularmente la sección frente a la cortina roja. Me gusta demasiado cuando contiene la risa sin éxito, como se vuelve su cara.
En esa larga sesión he reído placenteramente y me he asegurado de formar parte del público. He reaccionado y opinado y pretendido que ella me mira directamente a mi.
Ahí o aquí me vi envuelto en temas que me gustaría comentar a mi alrededor y una vez más me sentí abordado con ganas de estar rodeado de mi país. Y, aunque conozco claramente sus incomodidades, quisiera estar en Venezuela.
Es sencillo sentirse cálido y recogido en un país que nos alimenta de si mismo y sin querer nos aísla.
Sin embargo. Confieso tranquilo que no renunciaré a mis metas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario