-Hoy no quería hablar con el argentino
-Hoy comencé una llamada telefónica contento y terminé resentido, molesto de ella y de la molestia. Molesto de mi y mi sed por ser elogiado. Molesto porque no creo saber llegar a las conclusiones correctas y albergarlas en mis posibilidades mentales. Molesto porque al final ni yo mismo me considero lo suficientemente bueno para mi. Molesto, muy molesto porque no sé de qué molestarme, porque me veo las costuras, porque sueno pretencioso, porque el que me conoce me dice que no lo soy y me cita un ejemplo plausible
-Hoy le dije buenos días a todos los que están en el piso, excepto a los que se reúnen en la sala de conferencias, porque no los conozco
-Hoy mi papá me dijo, "te quiero"
-Hoy sentí cómo mi mente osciló, wuu wuu
-Hoy faltan cuatro semanas y tres días
-Hoy digo que mañana voy a caminar Manhattan
-Hoy envío los documentos a inmigración
-Hoy sé de una fiesta de cumpleaños
-Hoy es viernes y me da medio igual porque las molestias igualaron los días
-Hoy acabo de pensar en Susan, Cinthia y lo detengo
-Hoy es hoy y todas estas afirmaciones son válidas sólo para este día
-Hoy sé que ayer o antes de ayer meditaba sobre algo que se me acaba de olvidar
-Hoy comeré manzana aunque ya me siento mejor del estómago
-Hoy es día de trabajo
-Hoy me está dando sueño y pesadez
-Hoy se acaba pronto, triste
-Hoy
-Hoy es treinta de julio de dos mil diez
Ahorita estoy pensando en tomar el iPod, pero me detiene la idea de que estoy desviando mi atención de lo que estoy sintiendo. Eso me hace sentir medio viejo.
Medio viejo porque es joven y fresco agarrar y correr hacia la salida más estruendosa, como una estrella de rock, vivir en una canción gritada o con una buena guitarra.
Y es a esa situación que me derrite la boca a la que al parecer le huyo... Pero, ¿por qué? Pienso que me siento con ventaja al no practicarlo, que me estoy haciendo más fuerte o más astuto manteniendo la espalda derecha bajo la cascada.
Pero esas son cosas que no se ven a simple vista, y que además son difíciles de conversar. Aunque una vez descubiertas creo que también tienen su atractivo.
Ahora que escribí esto ya puedo agarrar el iPod, tranquilamente.
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