
Él, que piensa claro, que piensa justo, viste su mente como desea vestirla y sale a pasear en las oraciones coqueto de sus palabras, con el andar amanerado de tanta pedancia. Y yo, pretendiendo, admirando y tratando alcanzar ese punto, vistiendo los harapos que visto, pensando en las banalidades que pienso, inculto, ignorante, hoja seca en el río, me doy cuenta que en mi idiotez hay una lógica sustentadora:
Afán de relacionarme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario