Siento cómo la sangre sube a mi cerebro, respiro distinto, con más calma, pero el pálpito es más pronunciado, mas no más rápido ni más fuerte, mas bien más presente. La vista se me nubla mientras veo perfectamente; está nublada y detallo más que antes, más allá de la siluetas, los objetos están más tridimensionales. No toca nada. Sólo estoy sentado, viendo respirando, sin sueño, relajado y emocionado.
Estaba pensando que mi profesión es la Ingeniería Mecánica, pues eso es lo que estudio en las clases de la universidad. Estoy muy satisfecho con ella. Pero encuentro en mi cierta vanidad de tener gusto por escribir cuando nada me lo exige.
He leído y he escuchado, simplemente sé sobre cómo el deber puede arrancarle los colores al amor por algo. No es igual hacer algo por obligación que por espontaneidad. Y a pesar de que uno puede llegar a amar su profesión, su trabajo, no es esto a lo que quiero referirme: es diferente lo espontáneo, crece de otra manera.
A donde quiero llegar. Soy ligeramente vanidoso por estudiar ingeniería y tener cierta atracción por la escritura. Lo sé, no soy el único, ni el "mejor". No es eso.
Soy ligeramente vanidoso por estudiar ingeniería y tener atracción por la escritura. También porque me gusta mi manera de pensar. Estoy dispuesto, totalmente, inclusive emocionado, a vivir toda mi vida en convivencia conmigo mismo.
NOTA: Sentí un aire macabro al escribir la última frase. Es que luce como una sentencia, y de ser rota algún día, esa oración hará mi carga mucho más pesada. Y no, no soy un asesino, ni seré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario